Capítulo 30

La chica no me quita la mirada matadora y por eso de un impulso le agarré la mano a Elliott y con una enorme sonrisa me recuesto sobre su hombro. Automáticamente el cuerpo de Elliott se tensa; la verdad no sé qué es lo que estoy haciendo o qué es lo que quiero darle a entender.

La chica es la culpable porque me ha puesto nerviosa, eso no es justo porque su mirada me dice que soy una ladrona, aunque lo único que quiero robarme es el cuerpo de Elliott.

—Oh, no pensé que la señorita fuese su novia —titubea nerviosamente.

Ella se queda viendo nuestras manos, la pobre chica está perpleja, ¿será que nadie le conoce novia a Elliott? Mejor porque a estas alturas

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