Krystle.
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—Adiós, espero que lo que estás haciendo sea para tu bien y no porque quieres vengarte de los demás —me pasa la maleta en mis manos—. Nuevamente te repito, no puedes culpar a todo el mundo por lo que hicieron solo dos personas.
No puedo quedarme conversando con él, no quiero debatir más, la decisión está tomada y no hay vuelta atrás, me voy y será para bien, todo será para bien. Lo que deseo en este momento es que él cuide de ella, que no la deje sola por nada del mundo y que en los días de sus siclos menstruales se tiene que comportar como un caballero “soportando sus histerias”.
—Adiós y cuida de Sol.
Esas fueron mis últimas palabras, doy media vuelta y apresuro mis pasos para entrar al aeropuerto… de pronto se me vino el pensar que debía correr y eso hice, corro hasta ca