Daniel se despertó asustado, sintió a alguien vomitar en el baño, Sam no estaba en su lugar de la cama.
Quizás, Lucas estaba enfermo y ella se levantó a socorrerlo.
Lucas algunas noches se levantaba y sacaba comida del refrigerador, le gustaba el helado de chocolate, así que aprovechando la ausencia de los adultos, sacaba unas bolas de helado y las consumía a escondidas. Creía no dejar huellas de su travesura, pero Sebastián lo sabía, el mayordomo lavaba los trastes sucios antes de que todos se levantaran, aunque l
De un salto avanzó al baño, pero no era Lucas, su esposa estaba arrodillada ante el inodoro y su piel blanca estaba manchada por petequias debido al esfuerzo.
- ¡ Sam!- se arrodilló a su lado- ¿ Qué pasa?-
- Algo de la cena debió estar en mal estado…- se llevó la mano a la boca, sintió una nueva náusea y volvió a vomitar.
Desde hace una semana tienes náuseas matutinas, pero desde el día anterior se volvieron insoportables.
- ¿ Te llevo a la clínica?- le preguntó asustado.
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