El día domingo llegó rápido.
Ariel y Jesse estaban preparados para hablar.
El almuerzo familiar pasó sin problemas, después se fueron al jardín a tomar el té junto con el postre.
Jesse quería hablar primero, pero Ariel le sujetó la mano para darle la señal que él tomaría la palabra.
- Señora York, queremos hablar con usted.- comenzó Ariel.
- ¿ Qué sería?-
Samanta tomó asiento al lado de su madre atenta a las siguientes palabras del joven doctor.
- Jesse y yo tomamos la decisión de casarnos.-
- ¿¡ Se casaran!? ¡ Qué gran noticia! – se levantó de su asiento.
Magnolia igual se veía complacida con la noticia.
- Gracias mamá.- le agradeció Jesse.
- ¿ En cuánto tiempo más haremos la celebración? ¿ 6 meses? ¿ Un año?-
- En un mes.- reveló Jesse esperando la expresión de horror de su madre.
- ¡ Qué! ¿ Un mes? – se volvió a sentar por la impresión.
- Queremos algo íntimo, sólo con nuestros familiares, no necesitamos una gran fiesta.- agregó Ariel con calma.
- Pero tan pronto… - se quejaba la