Ahora que sospecho incluso de lo que veo, ¿en quién puedo confiar? Sea Arnold o Anthon, ¿Cómo podré salir del centro de atención que tengo en contra de mi voluntad?
Las cosas que pedí, no tardan en llegar, pero, no es Arnold quien me la entrega, si no, Alondra sonriéndome como si yo no fuera la causante de sus heridas.— Hola, jefa.— ¡Alondra!— Señora, recuerde que su cuerpo ha pasado por mucho…— Ven aquí, por favor. — digo abrazándola con fuerzas.Ni siquiera tengo en mi mente a Arnold, si no que, le muestro a mi hijo y le cuento todo lo que hemos hecho estando encerrados, porque aunque no nos conocemos desde hace mucho tiempo, no puedo evitar sentirme inmensamente feliz porque al menos cuento con ella y quizás, sea la ayuda que necesite para irme de aquí.— Tengo muchas cosas que contarte.— &iq