Ni siquiera me esfuerzo por pedir ayuda porque sé que nadie sería lo suficientemente tonto para meterse con el jefe de la mafia, además tengo miedo de llamar la atención y que por eso Kitty puede escucharme y ella sea la segunda en ser asesinada esta noche.
Así que como un animal que sabe que va para el matadero sigo a Arnold mientras él casi me arrastra por la fuerza con la que agarra mi brazo y camina rápido rumbo a la camioneta que ya nos espera.‘Hasta aquí llegaste, Eva.’ Me digo mentalmente.El jefe de la mafia que sigue siendo mi esposo me lanza al asiento trasero del auto mientras mira a su alrededor como si buscara su enemigo en el aire.— ¿Qué sucede?— Seguramente el inútil de Chris sigue buscando a Kitty.— ¿Lo esperamos, jefe? — pregunta uno de sus nuevos escoltas.— Que se arregle como pueda, yo no tengo pacien