Llevaba tiempo pensando en hacer eso, pero no sabía si Emily estaba preparada para tener sexo anal.
Para mí suerte ella estaba tan excitada y predispuesta que hoy no podía dejarlo pasar.
Me sentía pleno, y sabía que ella lo había disfrutado tanto como yo.
Sus jadeos todavía resonaban en mi mente. Pero ahora mismo tenía que centrarme en mi objetivo y que nada ni nadie me pudiese distraer.
Tenía que dar caza a esa loba y hacerle pagar con sangre todo el mal que había causado.
No tenía muchas pistas Pero si las suficientes para creer a ciencia cierta dónde se escondía esa mal nacida.
Maldecia el día en el que me había dejado embaucar y meter en su cama.
No podía negar que en su momento lo pasamos bien, pero ella se había atribuido privilegios que no le correspondían.
Fui claro con ella, y aunque accedí a hacer un pacto. Yo había encontrado a mi compañera y de no haberlo hecho tampoco habría terminado con ella.
Ella había cambiado demasiado, poco o nada quedaba de aquella n