—Por eso te decía que deberías haber asumido directamente el puesto de jefa de grupo desde el principio. La naturaleza humana es intimidar a los débiles y temer a los fuertes, o deberías haber mostrado desde el inicio un carácter que no fuera fácil de provocar —comentó Manuel.
Marisela suspiró ligeramente: —Pensé que siendo una nueva empleada con buen carácter podría integrarme rápidamente al grupo, ¿quién iba a saber que la buena actitud solo traería intimidación?
—Esa es la crueldad del mundo laboral. Mientras más capaz eres y más fuerte es tu personalidad, más te respetan los demás —dijo Manuel.
—Establecer una imagen personal es muy importante, y la primera impresión también es crucial.
Marisela escuchó las enseñanzas del jefe, asintiendo en señal de aprobación. De todas formas, en el futuro ya no sería tan pasiva.
—Aunque tampoco fuiste demasiado dura. Si hubieras sido implacable, habrías rechazado directamente la mediación y exigido compensación por daños emocionales —Manuel sonr