—Sé que Isabella es muy importante para ti, después de todo es tu hermana perdida durante veinte años —continuó Ulises.
—Pero, si aún conservas la razón, si sigues siendo ese Daniel despiadado y hábil, deberías mantener la calma y tener tu propio criterio.
—Quizás no creas nada de lo que digo, pero voy a conseguir las grabaciones de seguridad de la estación de policía de ese momento, y podrás verlo tú mismo.
—Ya revisé los archivos —dijo Daniel.
Ulises lo miró con una expresión que claramente decía "¿y aún así crees tanto en lo que dice Isabella?"
—Sigo manteniendo lo mismo: primero, mi hermana dice que efectivamente fue intimidación, y que el secuestro fue una acusación falsa en su contra —dijo Daniel sin expresión.
—Segundo, ella no causó daños graves a tu hermana ni a la otra persona involucrada, no existió intención maliciosa de lastimar.
Al escuchar esto, Ulises literalmente se rio de la indignación.
—No lastimó a nadie porque ellas pidieron ayuda a tiempo, si no, cuando hubiera t