—¡Voy a darle una cucharada de su propia medicina!
Al escuchar esto, Marisela sintió que era un poco peligroso y dijo:
—Germán es un experto, si no se ven mucho mejor, al menos tu estado de ánimo se mantiene estable.
—Pero si te acercas activamente y lo provocas para vengarte, cuidado que salgas peor parada.
Celeste todavía tenía sentimientos por Germán, si no, hoy no habría estado tan alterada, ni habría estado obsesionada con las motivaciones de él para verla.
—No importa, tampoco puedo seguir huyendo pasivamente, ¿verdad? —dijo Celeste.
—Te voy a estar reportando todo el tiempo, si algo sale mal me despiertas.
—Tú también dijiste que mi razón ya lo descartó, pero no puedo soltar esta sensación de frustración.
Marisela ladeo la cabeza para mirar a su amiga y le tomó la mano.
Celeste ni siquiera se había atrevido a ir a la cita de hoy, ¿realmente podría mantener el corazón tan firme como una roca?
—No te puedo convencer, espero que cuando algo no esté bien puedas retirarte a tiempo —s