Sin embargo, logró contener sus insultos gracias a su autocontrol. Al fin y al cabo, él era cliente de la empresa, y el director había dicho que esta colaboración era muy importante.
El hombre sonrió, observando a la joven que lo fulminaba con la mirada mientras se contenía, y metió la mano en el bolsillo para sacar una tarjeta de presentación que le extendió.
Marisela bajó la mirada y, aunque no quería aceptarla, la tomó por cortesía y la volteó.
En letras negras con relieve dorado decía "Director Ejecutivo de grupo Bustamante".
¿Grupo Bustamante?
Marisela quedó atónita. Esto sí que le resultaba familiar, ¡era la empresa de la familia de Celeste!
Y el nombre que seguía era:
Ulises Bustamante.
Marisela pensó: siendo el director ejecutivo, ¿acaso él era...?
De repente, levantó la cabeza y miró hacia el interior del ascensor.
Con razón le resultaba familiar. Ahora, al recordar el rostro de Celeste, notaba que ambos compartían ciertos rasgos faciales.
Así que la respuesta era casi evident