-Yo se que eres capaz de cuidar nuestras finanzas, amor pero tampoco nos debemos amarrar porque si, recuerda, no estamos ya en Venezuela.-
-Lo siento, supongo que es algo arraigado en mí, debo quitarme esa costumbre.- Lo abraza y lo besa mientras se relaja contra su pecho. Se separa y busca a su niña, viendo que está mirando la estatua de unos niños.
-¿Qué estatua será esta? No la conozco.- Se rasca la cabeza sin ver el enunciado.
-Dice que son niños jugando juegos tradicionales.- Ve el letrero y que los pequeños estaban mirando al suelo mientras una niña estaba de pie y los veía jugar con su vestido puesto. -Es bonito en realidad.-
-Jeje. Se nota genial y parece hecha de barro, ¿no?-
-Se puede tocar?- Se acerca para verla bien pero lee y niega con la cabeza. -Son de metal pero les echaron barro para hacerlas parecer que si son de barro.-
-Algo engaños