Por un momento se sintió desconcertada, pero al minuto siguiente estaba furiosa.
¿Por qué él diría algo así cuando prácticamente la había rechazado?
—¿Crees que soy tu propiedad? —gruñó la hembra llamando la atención de los hermanos.
Kieran escucho su tono de voz, entonces lanzó al suelo a su hermano y se giró por completo donde estaba ella.
—Aisha…
—Dime una cosa, Kieran. ¿Le dijiste a todos los machos que se alejan de mí?
Él abrió los labios, pero no le dijo nada.
Sin embargo, ella no necesita una respuesta porque estaba claro.
—¡¿Cómo te atreves?! No eres mi dueño. Para ti es muy fácil decidir por la vida de la gente, pero es a mí a quien humillan por estar cerca de ti. Si crees que puedes manejarme a tu antojo porque vivo en la casa de tus padres será mejor que me vaya ahora mismo.
—Joder, tiene caracter.
La sangre de Kieran hirvió.
El ver a su hembra siendo tocada por aquellos dos machos, aunque fueran sus hermanos había despertado su bestia. Apenas se estaba conteniend