La necesidad ardiente que ella tenía por él, la hizo entregarse a aquel beso apasionado que sacudió cada célula de su cuerpo.
Su boca se abrió recibiendo la cálida lengua de Kieran que se movió con maestría contra la suya.
Posesividad, deseo, fuerza.
La conexión entre los dos creció potentemente enviando estímulos por todo su cuerpo el cual para ese punto estaba a punto de ebullición.
sus manos se deslizaron por el pecho del macho, antes de apartarse ligeramente de él, con el poco sentido común que le quedaba.
—No podemos hacer esto, no aquí —susurró Aisha mirándolo a los ojos.
Se moriría de vergüenza, si alguien los pillaba en esa situación más aún si era su familia, después de todo lo que habían hecho por ella.
—Ven conmigo.
Ella jamás se había sentido tan cambiante, pero ahora solo podía obedecer a aquella intensidad abrumadora que estaba controlando su cuerpo. Sin embargo, se mintió a ella misma.
“Esto es solo para calmar el celo. Después de esto estoy seguro que él tampoco querrá