Diana pensaba que la luna era la única testigo de su huida.Aquel compromiso era solo la prueba de que la manada del Noroeste ya no era su destino, estaba marcada por un peso tormentoso que sabía no era capaz de seguir. Jamás hubiera pensado en alejarse de su familia, de su manada, pero estaba siendo guiada por algo más profundo, algo que no entendía.El peso de los sueños fragmentados estaban latentes dentro de ella. Como si alguien o algo estuviera conduciendo su camino, sinceramente se sentía tirada como por una cuerda invisible mientras adentraba mucho más en el bosque."Continúa..."La voz era un eco que resonaba en su cabeza ordenándole con una voz totalmente edulcorada que ocasionó un estremecimiento involuntario por parte de Diana.El susurro de las hojas era lo único que podía escuchar, Sin saber que estaba siendo seguida por otro macho, la libertad tenía un precio y esa noche ella tenía que pagarlo.De repente vio algo frente de ella.Otro macho se detuvo intimidante y Diana
Cuando Diana se despertó parpadeó aturdida sintiendo el frío de la noche rozándole la piel que se puso en punta por el contacto.Escuchó el murmullo de las voces no muy lejanas a ella y escuchó el crepitar del fuego cerca de su piel.Analizó su entorno al mismo tiempo que fingía dormir recalculando lo último que vio.Su conmoción al ver a Aris, el mismo Aris que había conocido desde que era una niña casi convirtiéndose en otra persona frente a sus ojos.Ni siquiera tuvo demasiado tiempo para poder captar demasiado el cambio pero ella había sentido su esencia cambiar."¿Qué es esto? ¿Cómo pasó? ¿Dónde estamos?"Ella agudizó su oído para escuchar la conversación de los dos machos.—¿Cómo está Einar? —incluso su voz sonaba mucho más masculina y madura.Atractiva y seductora.—Él está esperándolos, amo. Está feliz por su regreso."¿Quién demonios es Einar? ¿Y por qué su nombre me resulta familiar?"Diana miró a su alrededor y esperó a que ellos se durmieran.Era obvio que estaban buscando
—¡¿Dónde está Diana?! —rugió Kian furioso. —E-ella escapó Alfa.Dana sintió que su corazón se detenía ante la preocupación por su hija.—Zakiel dice que Aris vino aquí por ella para impedir la boda, mi hijo creía que iban a casarla con otro macho.—Necesitamos encontrarlo —habló la Omega firmemente aunque seguía sumamente preocupada por su cachorra.Diana y Aris no sabían que sus padres solo planeaban hablar con ellos. Conocían el corazón de sus hijos y el interés del uno por el otro, si Diana debía casarse creían que lo mejor es que lo hiciera con alguien a quien amaba y viceversa. Pero ahora habían huido y ni siquiera sabían a donde.—Querido —habló con voz suave Gala a Kian.Todos los ojos enseguida estuvieron sobre ella—. Creo que descubrí la otra parte de la profecía y Diana no debe morir para completarla. Tengo la teoría de que su hijo también tiene parte en esta profecía —añadió mirando a Zakia y Alessandro.—¿Qué tiene que ver mi hijo en todo esto Gala? —preguntó la hembra p
Su corazón se detuvo en ese momento cuándo el la giro para que lo mirara de frente fue imposible para Diana no deslizar sus ojos desde su rostro perfecto hasta sus pectorales y su six pack definido. Diana pasó la lengua por su labio inferior Sintiendo la desnudez de Aris demasiado cerca de ella.—¿Qué te permites? —Gimió ella sin aliento empujando sus hombros anchos—. ¿Cómo te atreves?La mirada intimidante Aris ocasionó que tragar a saliva sin poder apartar sus ojos de esos verdes suyos.—¿De verdad no me recuerdas?A pesar de que el macho era frío e impasible, había una nota de vulnerabilidad en esa pregunta.Como si estuviera poniendo todo su corazón en ella.—Recuerdo que nos llevamos como el agua y el aceite. Ahora recuerdo mi infancia, y sí, tú estuviste en ella, lo que no entiendo es adónde me llevas y porqué.En ese momento Aris pareció más frustrado que antes, Diana vio un músculo palpitar en su mandíbula como si estuviera molesto y a la vez frustrado. Él se pasó la mano por
Se sentía como si de repente estuviera siendo controlada por algo ajeno a ella, o quizás por algo que la conocía incluso mejor que ella misma.Su loba interior.Aún no se había transformado pero ahora podía sentirla con más fuerza queriendo estar cerca de Aris, Pero el lado racional de ella no quería exactamente eso o eso era lo que pensaba.Diana se separó de él por un momento aunque no fue demasiado lejos.—¿Qué quieres de mí? —susurró sobre sus labios y el hambre que vio en sus ojos la puso completamente nerviosa.—Supongo que ha llegado el momento de que sepas la verdad.La seriedad en su voz hizo que se pusiera nerviosa, sin embargo, necesitaba saber a lo que él se refería con la verdad.—Ninguno de los dos lo sabía, sin embargo, no podíamos estar demasiado tiempo sin el otro.—¿No podíamos? —preguntó ella ofendida, y la sonrisa de Aris ocasionó que su pulso temblará pero aun así continuó—. Que yo recuerde era la única luchando contra esto que estaba sintiendo. ¡Yo ni siquiera te
LA MANADA DEL OESTE—Antes de morir, ¿Cuáles son tus últimas palabras, mi querida sobrina?Veo ese brillo asesino en sus pupilas mientras levanta sus garras tratando de encajarlas en mi piel para robarme mi último suspiro, como lo hizo con mis padres. Y pronto, una sonrisa maliciosa se extiende por su cara.—¡Vas a pagar por esto, haré que te arrepientas!—¿De verdad?Está burlándose de mí, pero no le respondo. Sin que lo espere, levanto mi pierna golpeándolo fuerte con mi pie justo en la garganta logrando dejarlo sin respiración por unos segundos. Enseguida ruedo mi cuerpo por la tierra apartándome de él mientras me pongo de pie en el acto sin volver a mirar en su dirección.Esta puede ser mi última oportunidad y no voy a perderla.Estás cerca de tu destino, Dana.—¡Voy a matarte!El vello se me eriza sabiendo lo cerca que está.Soy débil en comparación a él. Un Omega que ha ido a la guerra más veces de las que soy capaz de contar mientras que yo ni siquiera tengo a mi loba aún. Sin
El Alfa completamente tenso por aquel atrevido toque y todos se congelaron mirando las manos que agarraban con fuerza la bota del Alfa.Todos sintieron pena por el atrevido intruso.Pues nadie podía tocar a su peligroso líder, ni siquiera una bota, y mucho menos una mujer.El Beta fue el primero en reaccionar, agachándose para retirar las manos de la mujer y comprobar sus constantes vitales, pero pronto negó con la cabeza.—Alfa, se está muriendo.Alfa Kian bajó los ojos mientras escrutaba fríamente a la intrusa, una mujer moribunda que había cruzado sus límites.Levantó la mano dispuesto a que el Beta se deshiciera de ella, pero con la mano congelada en el aire se quedó inmóvil al notar que aún inconsciente ella se movió y su cabello se apartó de su rostro mostrando sus rasgos femeninos.Los machos que lo acompañaban quedaron paralizados ante la belleza majestuosa de la hembra, pero el Alfa frunció ligeramente el ceño sin apartar aquellos ojos de la intrusa.No era la primera vez que
—Ni siquiera pudiste defenderte de un lobo de clase baja y aún así planeas gobernar —bufa las palabras deslizándose detrás de mí.Después de que me trajera a esta habitación es lo único que ha dicho, estoy frustrada pues sé que tiene algo de razón.La tensión entre nosotros es palpable pero aumenta de nivel al sentirlo rozar la piel de mi espalda. Intento girarme para mirarlo. El siguiente movimiento de su parte me eriza la piel provocando que me detenga en el acto. Rompe mi vestido dejando mi espalda desnuda ante sus ojos.—No te muevas —ordenó con voz de Alfa.Está acostumbrado a mandar y por más que yo sea una Omega no estoy acostumbrada a obedecer pues crecí en la realeza Omega, alejada de los Alfas. Sin embargo, estoy paralizada tal y como si él hubiera puesto un hechizo sobre mí.Siento su poder y es inquietante.La yema de sus dedos roza mi carne vulnerable por el ataque de Owen y luego siento que vierte algo en mis heridas.—¿Alfa? ¿Estás curándome?La sangre de Alfa era curat