Abigail durmió esa noche como hace mucho tiempo no había podido dormir, se sentia tranquila porque su hermana estaba con ella y porque sabía que al despertar la vería allí a su lado acompañándola y sobre todo, cuidándola. La chica abrio los ojos con pesadez y se los froto con las manos, por la ventaba de su cuarto se colaban los rayos del sol que esa mañana estaba más potentes que nunca.
-Buenos días, bella durmiente – la molesto Heather, quien habia estado despierta desde hace un buen rato, eran casi las nueve de la mañana.
-Dime por favor que no has estado mirándome dormir – gruño Abi con la voz pastosa.
-En realidad si – Heather se burló – llevo casi ¿Qué? Ocho meses sin verte dormir, no podía dejar pasar esta oportunidad.
-Estás loca – Abi se cubrió con sus sabanas y evito que Heather