Hija…hija!…¡Perón renunció!.
Matilde dejó en la bacha el plato que estaba lavando, se secó las manos y corrió a abrir la puerta del jardín delantero, desde la cual, su madre le gritaba, en visible estado de agitación.
-¡Mámá! ¡Qué sorpresa! ¿Qué hace por acá? ¿Y qué me dice de Perón?
Irma entró a la casa de su hija resoplando pesadamente, dejó el bolso con su ropa de trabajo en una silla y se secó la frente sudada con un pañuelo, mientras Matilde le alcanzaba un vaso de agua.
- Renunció a todos sus cargos...bah, lo hicieron renunciar. Yo recién termino el turno en el hotel, y allá no se habla de otra cosa. Por eso pa