Ariane
Veo a los dos infieles entrar en el comedor como si fuera normal.
¿Cómo pueden acostarse bajo el mismo techo que la mujer de ese idiota?
¿No tiene ningún respeto por su esposa?
Ellos conversan sonriendo como amantes y el imbécil viene a sentarse frente a su esposa mirándola bien a los ojos, como si todo fuera normal.
Ella, pobre tonta, está sentada allí, como una muñeca de trapo, sin decir nada.
¿No tienes dignidad que defender? ¿No tienes derechos que reclamar? ¡Eres su esposa, maldita sea! Dame una bofetada en las mejillas de esa "marie-couche-toi-là".
- Hola a todos, dice el idiota, ¿han dormido bien?
- Hola a todos, disculpen, pero no podré desayunar con ustedes, porque mi Jet despega en poco tiempo.
- Claro que no puedes desayunar con nosotros, ya que te has llevado todo el jugo que había en sus cojones, bestia en celo.
- ¿Qué acabas de decir? Ella se vuelve hacia mí, lista para atacar, pero yo estoy esperando eso, ven, y te arranco los ojos.
- Me has oído muy bi