Lisa
- ¡Lisa!!!! ¿Qué estás haciendo? Yo... Héctor, idiota, sal de mi novia.
Maldita sea, ¿por qué vino ahora?
Pero Héctor no lo ve de esa manera.
Él todavía está en mí, y yo luchando como una demonio.
Harry llega detrás de él y comienza a pelear con él. Logra dejarlo KO y lo echa fuera de la habitación. Regresa hacia mí, me toma y me lanza sobre la cama:
- Odio que me interrumpan cuando estoy con mi prometida.
- Héctor, por el amor de Dios, sabes que el estrés no es bueno para el bebé.
- Lo siento, me sacó de quicio.
Harry sigue golpeando la puerta.
- Déjame terminar lo que había comenzado.
- Nooooo....haaaaa.....
Maldita sea, ya está dentro de mis profundidades. Maldita sea, ¿me estoy volviendo loca o qué? No puedo resistirme. Sé que está mal. Sé que no está bien. Que mi novio está justo detrás de la puerta. Pero no puedo evitar gemir cuando me hace el amor tan bien. Y mis pezones, que se han vuelto más sensibles, me torturan aún más cuando los chupa. En cinco minutos, alcanzamos la