Lisa
- ¿Y por qué?
- He hecho más el amor contigo que con mi hermano últimamente. Es un 90 % mío.
- No estoy embarazada, ahí lo tienes. ¿Estás satisfecho?
- Sé que lo estás, nos iremos a la clínica de inmediato.
- No tengo intención de seguirte. Soy la novia de tu hermano Héctor y si tengo que estar embarazada de alguien, tiene que ser de él y no de ti.
- Para tu información, querida, soy y seguiré siendo el padre de este niño. Y para darle un nombre a este niño que debe nacer en una familia unida, nos casaremos.
Ven a ducharte conmigo, debemos salir.
- ¿Estás tonto o qué?
No me deja terminar mi frase.
Me arrastra a la ducha para lavarme.
- Pero, pero...
- Cállate, querida, no te canses. Te lavaré, luego te ayudaré a vestirte y nos iremos a ver a mi doctor.
- No voy a seguirte.
Abre el grifo y comienza a lavarme, después de la ducha, me lleva a la habitación, le arranco la toalla que quiere usar para quitarme las gotas de agua.
- Puedo ocuparme de mí misma. Me seco, luego me iré a aco