Lisa
Me despierto por unos gritos.
Ya me imagino quién puede ser: Héctor.
- Tengo la intención de verla, no importa lo que me digan.
- No está muy bien, es mejor que regreses en otro momento.
Él abre la puerta y se detiene en seco al verme acostada envuelta en las sábanas.
Se acerca a mí y se sienta a mi lado. Levanto la vista para mirarlo:
- Te dije que no me sentía bien.
- Quería asegurarme. ¡Estás muy pálida! ¿Qué tienes?
- ¡No lo sé! Debe ser una indigestión.
Se vuelve hacia Joanna, que todavía está detenida frente a la puerta, esperando a que él salga de la habitación.
- Por favor, déjanos solos.
Ella me mira buscando mi opinión.
- Está bien, Joanna, puedes irte.
Cierra la puerta, dejándonos solos.
- Él se acomoda en la cama y me coloca sobre su pecho.
- ¿Qué comiste esta mañana?
- Pancakes.
- ¿No quieres comer otra cosa?
- No, solo necesito descansar, me siento muy cansada. Deberías irte, no quiero que Harry te encuentre aquí...
- Sé que Harry acaba de irse y que no volverá tan