Lisa

Regreso a casa, con una sonrisa en los labios, lo amo tanto. Finalmente decidió mostrarme su casa, estoy un poco dividida entre la alegría y la culpa.

¿Cómo voy a manejar esta historia con su hermano? ¿Qué hice para toparme con gemelos? ¡Sálvame, Señor, sé que nunca me has abandonado, sé que siempre puedo contar contigo! ¡Ayúdame!

¡Ilumíname!

Señor, haz que Hector me olvide, que se interese por otras mujeres. Que tenga piedad de su hermano y lo deje en paz. No quiero hacerle daño a mi amor. Que el Señor toque su corazón y que vuelva a mejores sentimientos. Después de estas oraciones, voy a darme una ducha, contemplo mi cuerpo para ver si hay más secuelas de la noche anterior: veo marcas en mi cuello y mis muslos cuando los agarraba para hundirse más en mí.

Rápidamente quito esa imagen de mi cabeza, necesito cubrir esas marcas con maquillaje. Ni siquiera puedo hablar de esto con alguien, tengo miedo de ser juzgada y señalada. Tengo miedo de que me llamen promiscua. Porque ya me es