Victorio
La folla sin cesar… Adoro sus gritos. Hum… soy yo quien tiene el control. Meto y saco mi miembro de su coño con una rapidez desconcertante. Está doblada por la mitad y me gusta verla en ese estado de completo abandono. Me acuesto sobre ella y sigo follando salvajemente. Su pecho está en mis manos, lo aprieto con fuerza. Todas estas sensaciones la han vencido; goza sin mucho esfuerzo por mi parte. Sigo follando otros treinta minutos antes de reunirme con ella en los brazos de Afrodita.
Me acuesto a su lado, noto que empieza a adormilarse. Yo también tengo sueño, estoy agotado. A las cuatro, mi reloj biológico me despierta, ya que es la hora habitual en que salimos a hacer deporte. Así que voy a hacer pis y vuelvo a encontrarla en la cama, le doy la vuelta y la follo de nuevo, me encanta su coño. Después de una hora de intenso esfuerzo, la llevo al borde del placer. Ahora voy a ducharme.
PERLA
Hum… hice bien en coger a este hermano porque sé que me será fiel. Pero también sé qu