Sarah
No puedo decidir a dónde ir, porque estoy hecha un lío. ¡Quieren volverme loca! Me muevo, pero ellos son como dos muros que me impiden avanzar. No tengo otra opción que gritar:
- ¡PAPÁ... PAPÁ...
- ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué le están haciendo a mi hija?
¡Se apartan al escuchar la voz de mi padre! Corro a lanzarme en sus brazos. Me abraza con fuerza mientras mira a esos dos locos.
- ¿Puedo saber qué le han hecho? pregunta mi padre.
- Nada, señor, estoy aquí para pedir la mano de su hija.
Lo miro con consternación mientras se arrodilla con un anillo en la mano. No está bien, acaba de conocerla. Mi padre me mira con una sonrisa:
- Ah... ¿es una historia así? Creo que vamos a tener muchas bodas en estos días.
Estoy más en shock que disfrutando cuando el segundo loco se arrodilla:
- Yo también quiero casarme con ella.
Me aferro a mi padre mientras los miro. ¿Qué problema tienen? ¿Piensan que soy un objeto? Escucho a mi padre responderles:
- Si logran convencerla, no tengo problema