Ariane
Paso la noche en mi oficina, por la mañana muy temprano, fui a acostarme cerca de mis hijos. ¡Ellos estaban muy felices de despertarse a mi lado! Tuvimos una larga mañana. Comimos en la cama y después, di órdenes para que todo estuviera en orden para su partida. Salvador está mejor. Sigue tomando sus medicamentos. Después de lavarlos, los vestí y los acompañé para tomar su avión.
- ¡Sean buenos con el abuelo!
- ¡Está bien, mamá!
- ¿Y papá? ¿Dónde está papá?
- Está de viaje, mi bebé, pero en cuanto pueda, te llamará. Los quiero mucho.
- Te quiero, mamá.
- Te quiero más, mamá.
- ¡Yo también, mamá!
Los dejo subir, tengo el corazón destrozado. ¡Es la primera vez que pasaremos días sin vernos! ¡Los voy a extrañar! Pero, prefiero que estén lejos de aquí por lo que va a suceder. ¡Porque no sé qué va a pasar!
Entro a la casa y voy a tomar ropa de mi antigua habitación. Tan pronto como abro la puerta, me quedo paralizada en el umbral por un espectáculo que desearía nunca haber visto. Mi