GIANNA
Los ojos de Vik se llenaron de un brillo sin igual al observar el pastel que sostenía Donovan, y no pude evitar emocionarme de verlo todo perplejo. De verdad no se lo esperaba, esos orbes rebosantes en incredulidad lo decían todo.
Di un par de pasos atrás y saqué mi celular para comenzar a tomarle video, sin embargo, me quedé atónita al ver cómo las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, y no fui la única; sin embargo, él se dio la vuelta enseguida y empezó a secarlas.
—Dios, no… —masculló y se aclaró la garganta varias veces.
El corazón en mi pecho latió con fuerza, y al ver a los demás me di cuenta de que estaban igual de enternecidos.
Entonces, el pelinegro se volteó y nos quedó viendo con sospecha, como si se preguntara si éramos o no reales, lo que regó una punzada dolorosa en mi interior. ¿Será que nos haría el feo?
De la nada, Vik volvió a taparse la cara y resopló con fuerza. La señora Laila y los demás parecía que también querían llorar, y sí, eso incluye al duro