GIANNA
Lo siguiente que vi, fue a Pete tirarse sobre Cameron después de gritar y, sin darle a este tiempo a nada, el sonido del disparo heló el ambiente, junto con un grito dolorido que me puso los pelos de punta.
Pete tumbó a Vik de su silla al piso, y yo también me eché ahí al instante, para escuchar los gritos de la gente, y a los Guardias del Rey vociferar y lanzarse sobre quien sea que disparó.
Se escuchó un nuevo tiro que me hizo tiritar, y la gente gritando lo invadió todo.
—¡Aléjense de aquí! —escuché a Dónovan, que venía hacia nosotros con notoria preocupación—. ¡Hay que sacar a Su Majestad!
Sin embargo, nada estaba bien.
Vik se removía debajo del cuerpo de un Peter que no se movía.
—Pete, Pete, vamos, arriba —masculló él.
Lo movió y se escuchó un quejido, y enseguida me arrastré hacia ellos.
Cuando Vik se quitó a Peter de encima, vi que su traje se encontraba lleno de sangre y me asusté.
—¡Vik, ¿estás…?!
Pero no era su sangre.
El terror apareció en la cara de aque