GIANNA
—¡¿Qué demonios pasó ahí afuera?! ¡¿Quién te crees que eres para faltar a los sagrados protocolos de esta familia?!
Antes de darme cuenta, cuando apenas pisábamos la sala, Melania abandonó la mano de su esposo y se me vino encima.
—¡Detente! —Vikram se metió en medio al instante y la paró tomando sus muñecas—. ¡¿Qué te pasa?!
—¡Esa mujer, ustedes dos vio.laron el protocolo real en el funeral de mi hija! ¡¿Quiénes se creen que son?! —Ella tiró y se soltó, yéndose hacia atrás para ser atrapada por su esposo—. ¡Tú tienes la culpa de que esto pasara, y osaste perturbar incluso su funeral! ¡Desgraciado!
Quiso írsele encima de nuevo, pero Henry la detuvo, al tiempo que todos los empleados y escoltas de la casa se pusieron alerta.
—¡Hiciste de este lugar un mal.dito burdel, y encima trajiste a una zo.rra para que te hiciera compañía! ¡Es una desgraciada, ella también tiene la culpa de todo esto! —Me miró con odio.
¿Acababa de llamarme zo.rra?
Tragué entero y mantuve la calma; sin emba