10. El que cela de último… ¡Cela peor!
Se había quedado tonteando un rato con el móvil cuando vio la hora y saltó como un resorte.
Escoger un vestido formal no supuso un problema, al contrario, no era de las chicas que se complicaban tanto, y en menos de una hora, no solo estaba lista, sino que también el auto había llegado por ella y una notificación en su teléfono le hizo saber que el chofer no era el único en acompañarla durante su trayecto a la reunión.
Jack se sentía más ansioso que de costumbre, y esa sensación no hizo más que intensificarse cuando vio a Kira atravesar las puertas de cristales de su edificio.
Esa noche iba enfundada en un entallado vestido rojo capaz de acaparar todas las miradas, pequeños pendientes dorados y el cabello atado en una coleta alta eran parte de su atuendo.
Perfecta. No pudo evitar reconocer.
— Señor Akerman, buenas noches, no sabía que compartiríamos el taxi — su femenina voz lo inquietó. Era como escuchar algo dulce y adictivo… y eso que él no era de ningún tipo de adicciones que no f