Máximo
Reaccioné de inmediato.
—¿Dónde está Ariel? —Pregunté disparado, mis hermanos alzaron la vista al mencionarla y se colocaron de pie rápidamente.
Escuché una pequeña burla y un murmullo del otro lado de la línea, como si alguien estuviese siseándole de cerca que decir. Los nervios crecieron a través de mi sistema. Saberla con ella me llenó de mucho temor. Sabia cuan perversa podría llegar a ser, no imaginaba l
a vida de Ariel y mi hijo en sus manos.
Me volvería completamente loco si…
Aparté el pensamiento, primero la haría pedazos antes de que llegase a tocarle un pelo.
—Será mejor que te sientes, sobrino… —Enfatizó aquella última palabra con tanto desprecio que yo me vi capaz de compartir el mismo sentimiento.
—¡Te j