11. Máximo persigue a Ariel

El retrato armoniosamente familiar en frente de mí me sacudió por completo.

La sonrisa vagamente fresca, feliz y aliviada de Máximo, junto con dos pequeños de al menos unos ocho o nueve años y una mujer refinadamente elegante en medio de la oficina, sentados en el piso y riendo y carcajadas, me paralizó.

Me mantuve muy quieta, respiré despacio y sentí como mi estomago se sacudió luego de haber reaccionado a una escena como aquella.

Había sido una completa estúpida. ¿Por qué lo hice? Solo había conseguido humillarme con aquel arrebato, solo había conseguido interrumpir un momento tan intimido como aquel entre Máximo, sus hijos y… esa mujer.

No tenia el derecho, que tonta había sido, había actuado como una niña pequeña llena de inseguridades y celos. Celos que evidentemente no me pertenecía tener.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo