Capítulo 35— No hace falta explicar Narrador Al amanecer Eira se dirigía D&A tenía un par de asuntos que resolver, por lo que caminaba con algo de prisa. Tras la discusión con su madre, afortunadamente el tema de Alde no se volvió a tocar, lo que la mantuvo tranquila por el momento. Llegando al fin a su destino, su asistente la recibió, y centrándose en el trabajo, en cumplir su abarrotada agenda, no descansó hasta que la visita de alguien inesperado llegó. — Señorita Drayton... El señor Antonio Vael Pide hablar con usted. ¿Está dispuesta a recibirlo? Separando su vista de los documentos en sus manos al escuchar el nombre del padre de Iker, Eira solo parpadeó un poco descolocada, y asintiendo, se colocó de pie para recibirlo de inmediato. — Por supuesto que sí... pásalo enseguida, no lo hagas esperar. Obedeciendo, su asistente salió de la oficina e ingresando un instante después con el caballero. Se disculpó antes de dejarlos a solas. — Disculpen. Saliendo del lugar,
Capítulo 36— Irrupción abrupta Narrador Deteniendo su auto a las afueras de la mansión Drayton, Killian sentía que su corazón estallaría. El día que había intentado postergar por tanto tiempo desgraciadamente llegó, y él no logró hacer nada para evitarlo. No porque no lo intentó, no porque no tuviese el poder para lograrlo, simplemente una parte de él, una muy pequeña, una que detestaba con todo su ser sabía que era lo mejor. Para Eira, para él, para lo poco que existió entre ellos, para todos. Despojándose del cinturón de seguridad, agitó sus dedos sobre el volante de su auto sopesando lo que estaba por hacer, y decidiendo finalmente salir para verla, bajó de este. Azotando la puerta a sus espaldas, Killian empezó a caminar hacia la imponente propiedad frente a él, y subiendo las escaleras que conducían a la puerta principal, elevó su mano con una calma exasperante antes de tocar esta. —Aquí vamos Sin prisa, pero con calma y con una determinación descomunal que helaba a cualqu
Capítulo 37— Adiós Narrador —Aquí estoy, Killian. ¿Qué es lo que quieres? Killian, quien se encontraba de pie en medio de la habitación con las manos dentro de su bolsillo, dio un par de pasos hacia ella antes de responder, y acorralándola en la puerta a sus espaldas, preguntó: —¿De verdad te irás? ¿Me dejarás, Eira? Drayton, quien desde el primer momento tras anunciar su compromiso decidió finalizar su oculta relación, asintió sin apartarle la mirada ni un segundo, y sintiendo como si lo abofetearan, Alde enmudeció. Quería pensar que tenerla frente a él la haría cambiar de opinión, pero al ver que no fue así, sintió que el suelo bajo sus pies empezaba a agrietarse. —Te dije que me iría, con o sin tu apoyo, y eso es lo que haré. Tragando grueso ante la cercanía, Eira alcanzó a soltar, y apoyando ambas manos a los costados del cuerpo de Drayton, Killian siseó casi sobre sus labios, haciendo que sus respiraciones se entrelazaran. —¿Estás segura, Eira? Aún estás a tiempo
Capítulo 38 —¿Su novia? NarradorCuatro semanas pasaron y con ellas Eira se centró en instalarse en la nueva ciudad, en trabajar, en hacerse conocer como una empresaria en crecimiento. Por supuesto que por momentos añoraba la vida que llevaba en su ciudad natal, a su madre, su casa, su trabajo, y hasta al mismo Alde, pero cuando la nostalgia la invadía, se esforzaba tres veces más para olvidarlos sabiendo que era lo mejor para todos.Ordenando su cabello antes de salir de casa, Eira se miró en el espejo una vez más detallando su sofisticado traje color salmón, y repitiéndose que todo estaría bien, salió del departamento. El edificio en el que laboraba junto a Vael quedaba relativamente cerca, por lo que un par de minutos después había llegado.Siendo recibida por su asistente, quien decidió seguirla a donde quisiera que fuera, esta la acompañó por el piso que ocupaba hasta llegar a su oficina, y empezando a leerle la agenda del día, dijo:— Hoy la señora Hitman la estará esperando e
Capítulo 39— Lo mejor para ella Narrador Caminando con prisa pero con calma, tratando de disfrazar la tormenta que se gestaba en su interior, Eira salía de la reunión de los King, mientras Iker prácticamente corría tras ella. Deteniéndose al fin al llegar a la entrada mientras esperaba el auto, Vael la alcanzó, y un poco agitado trató de explicar, pero ella no se lo permitió. —Eira... Yo... Elevando su mano enseguida, Drayton no le permitió continuar, y negando, preguntó un poco abrumada —¿Tu novia en serio? No entiendo qué querías hacer al presentarme ante King de esa manera, pero creo que te has excedido. Sintiéndose verdaderamente avergonzado por su comportamiento infantil al no saber controlar sus celos al notar la forma en la que Adams la observó, Iker se mantuvo en silencio unos segundos antes de responder. —De verdad lo siento, Eira. Sé que fue muy atrevido de mi parte hacerlo... Pero él, es... Liberando una bocanada de aire, Vael trató de controlar su agitada respiraci
Capítulo 1— Una más del montón Narrador Con sus ojos cristalizados y su boca ligeramente abierta, Eira no podía creer lo que veía sus ojos en ese instante. —Cásate conmigo. Desviando la vista a la mujer ante ella, la misma que observaba a Killian con sus ojos repletos de amor, la realidad golpeó a Eira. Por más que ella hubiese deseado que este momento no llegara, lo hizo y de peor forma, cuando ella menos lo esperaba, frente a un montón de personas como testigos. Bajando su mirada al suelo, mientras que por su mejilla rodaba una lágrima, Eira escuchó como Sofía accedió a unir su vida a la de Killian para siempre, y escuchando los gritos a su alrededor que celebraban tal unión, supo que lo perdió para siempre. —Eira, ¿estás bien? Hija te juro que no sabía que esto pasaría. Sintiendo la ligera opresión de la mano de su madre que reposaba sobre su hombro, regresó a la realidad. Ella mejor que nadie sabía que Killian y Sofía en algún momento tendrían que casarse, su unión estaba
Capítulo 2— Mantener distancia NarradorAl llegar a casa tras abandonar la nefasta fiesta de aniversario, Eira cerró la puerta tras de sí y apoyó la cabeza en la fría madera.El simple hecho de ver a Killian arrodillado frente a Sofía pidiéndole matrimonio le dolió, le quemó hasta el punto de sentir que su corazón sangraba. Tener a Alde de esa manera era lo que ella más anhelaba en la vida, y ahora, después de esto, de comprometerse oficialmente sería imposible.Soltando un ligero sollozo, Eira se lo tragó casi de inmediato al ver que él no se lo merecía, y empezando a despojarse de los zapatos, los tomó entre sus manos antes de caminar al armario para deshacerse del vestido que empezaba a molestar.Arrojándose sobre la cama una vez se metió en su vestido para dormir, Eira se mantuvo en silencio observando el techo mientras pensaba ¿Qué podría hacer de ahora en adelante? Lo mejor para los dos era mantener la distancia, destruir cualquier lazo que la atara a él, lo cual era casi impos
Capítulo 3— ¿Qué había sido eso?NarradorEira jadeó contra sus labios, con las manos presionadas entre sus cuerpos, sin saber si salir, si empujarlo o aferrarse a su camisa. El aire se volvió denso, irrespirable, y cada roce de Alde sobre su piel encendía las brasas que tanto había intentado apagar.Él no le dio tregua. Sujetó su cintura con fuerza, pegándola aún más a la pared, haciendo que el frío del concreto contrastara con el calor abrasador que él le provocaba. Bajó una mano hasta su muslo, alzándoselo con brusquedad para acomodarse entre sus piernas, como si le perteneciera, como si ese derecho jamás se hubiera puesto en duda.— Vas a dejar de decir estupideces, Eira. No me alejaré de ti, ni hoy, ni mañana, ni nunca.Murmuró ronco contra su cuello, mordiendo despacio, dejando su marca como si quisiera tatuar su nombre en su piel. Eira cerró los ojos, buscando cordura, esa que estaba a punto de perder, pero él se la arrebataba con cada palabra. Intentó hablar, replicar, aunque