Samantha Abreu y William Collins se conocían desde la preparatoria, ambos estaban enamorados el uno del otro, fueron juntos a la universidad, Sam con suerte de ser becada y Will gracias a su adinerada familia. Todo iba de color de rosa para la enamorada pareja, hasta que el padre de Will cayó enfermo dejándole toda la herencia y la empresa hotelera a su primogénito solo si se casaba con la hija de su socio. Will no sabe que elegir, entre el amor o la herencia. Sam no sabe lo que le ocurre a su amado. Pero las cosas no saldrán bien entre ambos, al no saber lo que le ocurre a su amada, las cosas terminan de la peor manera haciendo que ambos tomen rumbos diferentes pensando que el otro dejó de amarlo.
Leer más— Te amo… — susurro entre sus labios mientras entrelazo mis piernas con las suyas, lo escucho reír con su característica voz ronca, me acaricia la espalda abrazándome a su pecho.
— Yo te amo más, Sami — murmura besándome con ternura, las sábanas nos tapa la desnudez, hacia minutos que habíamos hecho el amor en su cama y el sentir su aliento y su respiración me llena de calma — Sami… — lo escucho llamarme, abro mis ojos para mirar sus verdes ojos — ¿Qué piensas de casarnos? — pregunta sin dejar de acariciarme la piel.
Sonrío emocionada por su pregunta.
— Sería la mujer más feliz del mundo si me haces tu esposa — ríe, se sienta y abre un cajón, me siento tapándome con la sábana viendo lo que saca, una pequeña caja de terciopelo.
— Entonces, ¿Aceptarías pasar el resto de tu vida a mi lado? — pregunta mostrando el anillo de aro plateado con dos pequeños diamantes, me mira esperando una respuesta y me echo a llorar asintiendo.
— Si, mil veces si — sonrío abrazándolo y sentándome encima de él, saca el anillo y lo pone en mi dedo anular, lo beso en toda la cara — Es hermoso, no tenías que darme un anillo, Will — se encoje de hombros.
— A mi reina no le va a faltar nada, ni amor, ni dinero, ni joyas — miro el anillo de cerca y luego lo miro a los ojos.
— Tus padres… no creo que estén de acuerdo, ¿sabes? — muerde su labio viendo mi mano, la toma y la besa para luego mirarme a los ojos.
— Mis padres no pueden decirme a quien debo amar, Sami, yo no podría vivir sin ti, me importa poco si no provienes de una familia de alta clase con muchos ceros en la cuenta — lo abrazo, realmente lo amo, estoy enamorada de William, siento que mi corazón va a explotar en cualquier momento de felicidad.
La vida por fin no es tan dura.
— Gracias por aparecer en mi camino, Sami…
(…)
Un mes después.
Memo no deja de mirar el anillo de compromiso que no dejo de presumirle, tiene cara de poco amigos, parece menos feliz mientras toma del palillo de su café helado.
— ¿No estas feliz por mí? — pregunto algo triste, se sienta bien en la silla y pone su café en la mesa.
— Claro que lo estoy, Sam, pero ese tipo no me convence, sé que estas muy enamorada de él y que todo lo que te dice se lo crees pero como ya dije no me convence del todo — suspiro, me cruzo de brazos a punto de llorar — No me pongas esa cara, pequeña morena, sabes que siempre te he protegido de cualquier idiota que quiera contigo — asiento a su comentario.
Memo tiene 23 años y apenas cumpliré 20 este viernes, ambos nos conocimos en una clase en común en la universidad hace dos años hasta que fue transferido a Francia en donde le va muy bien pero eso no nos ha separado para nada.
— Quiero que seas mi padrino de boda — digo con emoción pero su cara no dice lo mismo — Oh vamos, Guillermo, no seas así conmigo, eres mi único amigo — mira a otro lado ignorándome — Memo… anda, di que sí — me mira y suspira asintiendo.
— Sigo en contra — chillo emocionada — Como sea, tengo que asistir a una boda este viernes — los ánimos se me bajaron.
— Cumplo este viernes, Memo — me mira y sonríe por fin después de casi una hora hablando.
— Bueno, podemos ir a la boda y luego a un club o bar para celebrar tu cumple, ¿Te parece? Así el domingo regreso a Francia — asiento a su plan.
— Me parece bien, lástima que no te puedas quedar más… pero vendrás a mi boda, ¿Cierto? — asiente vencido.
— Si, pequeña, no me perderé tu boda, como sea, vamos a comprarte un buen vestido — niego — Samantha, no empieces — se levantó y me levanto por igual para salir de la cafetería.
Memo viene de una familia adinerada como la de William pero ambos no se han caído bien ni antes ni ahora.
— ¿Quién se casa? — pregunto curiosa.
— Maddi Johnson, amiga de la secundaria, se casa con un riquillo ahí que ni conozco, no me dio nombre ni invitación — me detengo y me mira.
— ¿Y cómo piensas entrar? — pregunto.
— Solo tengo que decir mi nombre, tranquila — niego poco convencida.
(…)
Llevaba días sin hablar con Will, no me respondía ni los mensajes ni las llamadas pero ya no tenía que preocuparme más por eso, por lo estaba viendo con mis propios ojos bailando con su ahora esposa, yo debí estar ahí, yo debí ser la novia vestida de blanco.
— ¿Estás bien? — pregunta Memo confundido, niego y salgo corriendo de ahí.
Narra William.Ciudad de New York, Estados Unidos; Miércoles, 10, marzo, 2010. Universidad Columbia.Bajo del carro despidiéndome del mayordomo de mi madre, solo por ser el primer día para mí en entrar a la universidad, mi madre quiso antes de fallecer traerme pero en su lugar me trajo su mayordomo Frederick. Mis clases comenzaron hace dos semanas, por suerte estudio con Guillermo, mi mejor amigo de la primaria quien me mantiene al tanto de las clases a pesar de que yo soy el más aplicado de los dos.Empiezo a correr cuando empieza a llover de manera fuerte, no había estudiaste a la costa o eso creí cuando una morena corría al par de mí, me miró y sus ojos verdes como la aceituna me hipnotizaron en el momento que no me di cuenta en que momento acabe en el suelo y mojándome más de lo normal con la lluvia.No sentí frío por la lluvia, sentí algo cálido en mi pecho, como si mi corazón congelado empezara a derretirse después de tanto tiempo. ¿Sera el famoso “Amor a primera vista”? niego y
Narra Sam.Viernes, 21, septiembre, 2029.Miramos el atardecer en el sofá que hay bajando las escaleras para ir a la paya.— ¿Recuerdas la vez que nos vimos por primera vez después de 10 años? — pregunto mirando el azul del mar con el cielo colorido por el sol que se oculta para dar la noche.— Como olvidar como me trataste, encima no eras tú — me río un poco, él me contó cómo se sintió cuando me vio ese día.(…)Volteo a mirar la puerta que aún está abierta y lo veo. Ahí está él, parado con un traje hecho a su medida el azul le queda bien justo a esos ojos verdes profundo, me volteo de manera elegante sin mostrar mis emociones en la que he trabajado todos estos 10 años por alguna vez me le atravesaba.— Tome asiento, señor Collins — le digo mirando un poco y luego a Lorena — Apaga las luces — ella asiente, veo que William se va y se sienta parece estar estupefacto de verme ahí. — Primero que nada, debo disculparme en nombre de Guillermo Russo por no presentarse, ya que tenemos agenda
Narra William.Viernes, 14, septiembre, 2029.Miro la hora por quinta vez, mi hijo me mira sentado desde el sofá de la habitación, respiro profundo y salimos de la habitación, ya había recibido a casi todos los invitados, los mellizos caminaban de un lado a otro mientras la niñera que contratamos lo sigue a ambos para que no se ensucien.— ¿Nervioso? — pregunta el moreno con cierta burla, lo miro y ruedo los ojos — Tranquilo, todo saldrá de maravilla, mi madre estaba peor que tú esta mañana, la ansiedad que tienes no es nada — me cruzo de brazos sin creer que yo lo haya criado.— Creo que te crie con mucho odiosidad, ¿no? — se ríe a mis palabras, todos se empiezan a sentar y yo me pongo en mi puesto, Alex se va, se cierran las puertas de la iglesia por donde entrara ella. La música empieza a sonar y en eso se abren las puertas, trago saliva cuando le toca a ella entrar.El vestido le queda de maravilla, resalta las curvas y su morena piel, realmente esto 6 años sirvieron de algo para
Narra Sam.Martes, 04, septiembre, 2029.Entro a la tienda en donde ya me esperaban Lorena, Andrea, Miriam y mi pequeña Esme, también estaba Alex, saludo y se me acerca la chica que atiende en el lugar.— Comencemos — digo, pasamos toda la tarde hasta las 7 de la noche en donde por fin elegí el vestido perfecto, la boda es en 10 días, por fin me casaba con el hombre que amo. Salimos todos de la tienda y nos dirigimos a comer en un restaurante en donde llega Will con Henry, ya que Will fue a comprarle un traje a nuestro hijo.— Celebremos por la siguiente boda — brinda Lorena con una copa de jugo ya que está embarazada y pues es martes aun. Brindamos todos y tomamos de nuestra copa.— Alex será el que lleve a su madre al altar — dice Andrea comiendo, todos me miran y Alex parpadea.— Alex — lo llamo y él me mira.— Claro que te llevare al altar, mamá — se defiende.— La llevare yo — dicen Henry captando nuestra atención.— ¿Qué? Yo soy el hermano mayor, yo la llevare, no te metas — di
Narra William.— ¿Sabías eso? — pregunta Sam sentada en el sofá del despacho, dejo de mirar mi laptop y la miro — Creo que no me escuchaste — niego — Andrea tiene dos sexos — se explica y asiento.— Fue una sorpresa cuando nació, yo apenas tenía unos meses pero cuando empezamos a crecer me entere cuando me lo mostró a los 15 años, digamos que estaba en lo más bajo de su vida, su padre quería que fuera hombre, se llamaba Andrés pero no se sentía bien conmigo mismo, todo se desató cuando mi tío quería que se operara…Suspiro recodando esos años.— Andrea explotó y dejó la casa, no la vi más hasta que cumplió 20, estábamos en la universidad y me la cruce varias veces pero no la reconocí, mi tío murió y mi tía la apoyo después de tenerla lejos después de muchos años, ahí cuando te fuiste y me case con Maddie, estuvo para mí y me entere que estuvo haciendo todos esos años y pues qué decisión tomó…— Entonces la apoyaste — asiento.— Claro, todos aceptamos como se sentía así que para nosotr
Narra Sam.Viernes, 27, julio, 2029.Tomo las llaves del carro y de la florería, salgo de la tienda cuando suena mi teléfono, veo que es Alex y contesto.— ¿Qué pasa, cielo? — pregunto cerrando la puerta de la florería.— Tenemos una cena hoy en mi casa, no llegues tarde — cuelga sin dejarme hablar. Miro mi teléfono y niego riéndome, me acerco a mi carro y conduzco hacia la casa, hace media hora Will me mandó un mensaje diciendo que fue por los niños.Al llegar a casa, me estaciono y me bajo del carro, la puerta se abre y Toby sale corriendo a recibirme, lo saludo y entro a la casa, veo a Will en la puerta y nos damos un beso.— ¿Sabías que nuestro hijo nos invitó a cenar? — le pregunto mientras cierra la puerta, me mira y asiente.— Claro, por eso fui a buscar a los niños, al parecer nos quiere dar una noticia o solo pasar una noche en familia, ya sabes, las reuniones son buenas, no siempre hay que reunirnos por motivos sino porque somos familia — me explica sonriente, le sonrío acer
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