Es verdad lo que él dice. Ya que, por mucho que pertenezca a una raza superior en fuerza, poder y todas esas tonterías, jamás podría ser capaz de proteger a mi manada sin que alguno de ellos muera mientras me enfrento a todos los demás lobos que vienen precisamente a asesinarme.
No tengo la experiencia para poderme enfrentar a eso, ni mucho menos el entrenamiento. Pero, lo peor de todo es que no importa cuánto me esfuerce en mostrarme fuerte, esto es algo que sin duda va a superarme. ‘¿Qué voy a hacer ahora? No puedo simplemente dejar a mi esposo y mi manada por miedo.’ Me digo mentalmente. — No voy a irme. — Entonces eres una mujer terca y obstinada. — murmura Damon con evidente diversión. — No es ser terca, sino leal. — Si hay alguien a quien le debes lealtad es a tus padres. Los mismos que murieron por culpa de estos bastardos hombres lobo. Su respuesta me causa risa y eso, evidentemente, le causa mucho enojo en él, pero ya yo estoy lo suficient