El miedo me invade ante lo que pueda suceder y yo entro en pánico porque sé perfectamente que los gritos de Edmond no significan cosas buenas. Es evidente que Mike hizo algo y por eso, ahora estamos en problemas.
— ¡¿Cómo pudiste se ser tan tonto de olvidar reportarme algo tan importante?! — grita Edmond y yo tomo su mano para apartarlo de la puerta. — Reina Luna, ¿Qué podemos hacer? — Por el momento, manténganse ocultos con el rey alfa. — ¿Qué piensa hacer usted? — Abrir la puerta para saber qué es lo que desean. — digo y de inmediato Edmond cuelga la llamada. Los hombres lobo del otro lado de la puerta continúan con los toques frenético, pidiendo ser atendidos sus llamadas, mientras Edmond camina peligrosamente hacia mí, observándome como si estuviera verdaderamente loca. — ¿Acaso has perdido la razón? — Necesitamos encontrar una solución pronto. — Entiendo lo que quieres decir, pero dudo de que la solución sea que tú te enfrentes a var