Elisa lo miraba, parecía tan dispuesto y diferente a lo que siempre veía de él que se atrevió a hablar, no sin temerle a su atrevimiento.
—Quiero saber de mi familia, decirles que estoy bien…
Él arqueó una ceja, suspirando.
Sabía que iba a pedir algo así y le había dicho que lo haría, entonces no podía echar pie atrás porque no era su estilo. Miró hacia su habitación y la condujo hasta allá, abriendo la puerta esperando a que ella pasara.
Elisa lo miró sorprendida, recordando las palabras de Igor que nadie entraba a su cuarto, y ella lo había hecho pero en circunstancias que estaban lejos de esa y donde por supuesto, no vio nada por el miedo.
Al entrar, se quedó a un lado de la puerta, observando todo ese cuarto de paredes blancas, muebles de color negro y con cortinas y cubre cama color azul oscuro.
Era espacioso y la combinación de esos colores la hacían sentirse en el mundo privado de Andrei en donde además podía oler la fragancia del perfume del castaño por todos lados, se estab