Mundo ficciónIniciar sesiónPasado el mediodía Mateo abre los ojos y se encuentra con la figura de Hera a su lado, su cuerpo desnudo, su cabello desparramado en la almohada y con aquel aroma que le recuerda tanto a Vania. Su voz al hacerle el amor fue como un deja vu y su corazón se convence más de que su mujer se ha reencarnado en Hera.
Se levanta con cuidado de no despertarla, se va al baño y mientras se lava las manos se mira al espejo, su cuerpo ha perdido encanto, pero ahora tiene una buena motivación para ponerse en forma otra vez.
Cuando sale, Hera está sentada en la cama sin molestarse en cubrir su cuerpo, lo mira con deseo y se muerde el labio inferior.
—¿Estás bien? —le pregunta ella levantándose de la cama y caminando hacia él con elegancia.
—Sí, ¿y tú?
—De maravilla —ella pasa sus manos por el torso desnudo de Mateo y lo mira fijam







