Hera se baja del avión con toda la actitud de una mujer que llega a buscar venganza, en los brazos de Roberto va Matthias, quien no deja de mirar todo con curiosidad. Se suben al auto que los espera para llevarlos a la mansión de los Samaras, la que se ha acondicionado para tenerlos a todos, aunque Alina se quedará con su esposo en su propia mansión.

Ante las preguntas de Matthias que quiere saber por qué dejaron su bello hogar en Francia para llegar a esa ciudad que no le parece tan linda, Hera solo le dice que debe cerrar unos negocios y que se tardará.

—Pero mami, siempre es papi quien se encarga de esas cosas —la madurez y seriedad del niño a veces la abruman, pero siempre logra que entienda por qué las cosas son así.

—Sí, cariño, pero esta vez debo hacerlo yo y tampoco queremos que papi se quede mucho tiempo lejos, ¿verdad? —el peque&nti