Capítulo 7. Banquete. 
Juliette Moreau
Entro a mi habitación y cierro la puerta detrás de mí, recostándome en ella como si él viniera detrás de mí y no me hubiese echado de la sala cómo a alguien que solo está estorbando.
Mi corazón late con fuerza en mi pecho y sé que debo calmarme. Debo pensar con la cabeza fría y no dejar que me afecten todas las humillaciones que Aston Myers me hace cuando se le pega la gana.
No puedo evitar querer devolverme y estamparle una computadora en la cabeza, decirle que renuncio porque es el mismísimo Lucifer encarnado en un hombre y que nadie va a soportar el puesto de su asistente porque es una mierda de persona, pero sé qué no puedo hacerlo.
Camino de un lado a otro con las emociones descontroladas, hasta que me veo en el espejo.
«Tengo que pensar con la cabeza fría».
Él quiere obediencia, sumisión, quiere que le demuestre que estoy hecha para esto.
Debería hacer lo que me pidió si sé lo que me conviene, es lo más sensato para el plan, pero la rabia bulle por todo mi s