Dos días después, Katherine llegó al lugar donde se iba a celebrar la cena, vestida con su traje de noche arreglado, como estaba previsto.
Tenía un aspecto extraordinario, con unos ojos en flor de melocotón que desprendían un encanto cautivador. El ajustado vestido de noche negro hacía que su temperamento fuera aún más extraordinario.
Sus largas piernas eran claras y rectas, con unas curvas irresistiblemente tentadoras.
Katherine causó revuelo cuando apareció, primero por su aspecto y figura, y segundo por los rumores sobre ella y Anthony.
Era consciente de que había algo más que habladurías a su alrededor y de que la gente la señalaba con el dedo.
Pero a Katherine no le importó en absoluto. Se dirigió directamente a la entrada e hizo un gesto al personal. —Hola, estoy aquí para la fiesta.
El personal la miró de arriba abajo y le preguntó, ligeramente burlón: —¿Tiene invitación?
Todo el mundo sabía que Katherine era la mujer de Anthony, pero nadie la respetaba realmente.
Porque ni siq