— ¡Señor!, ¡¿a dónde va?! — La asistente seguía a Walter por el pasillo, alcanzándolo en los ascensores. — No puede irse, en una hora tiene una importante reunión…
— No me iré y sé lo de la reunión, puedes ir preparando todo, solo iré a ocuparme de algo por un momento. — Replicó Walter cerrando el ascensor, mientras que la asistente se quedó al pendiente del piso al que bajaba.
Era un almacén viejo, otro que Walter había mandado a clausurar, pero este era más grande y estaba alejado de las oficinas principales, allí nadie los molestaría.
Ambos hombres llegaron puntuales a su cita y ninguno de los dos mostraba rasgos de debilidad, ambos erguían el rostro con orgullo y altanería.
— Muy bien, aquí me tienes… — Señaló Patrick. — Así que no me hagas perder el tiempo y vayamos al grano, ¿qué es lo que quieres?
— Imbécil altanero… — Gruñó Walter.
Ante el insulto, Patrick se dio la media vuelta para marcharse, pues él no estabas allí para ponerse a pelear como un inmaduro, había ido a e