Cap. 121: Desenterrando el pasado.
En la penumbra de la biblioteca, Ángelo estaba inclinado sobre el escritorio, rodeado de cajas y papeles amarillentos que había encontrado en un armario empotrado. Había algo casi obsesivo en la forma en que revisaba cada documento, como si estuviera buscando la pieza final de un rompecabezas que no podía resolver.
De repente, entre un montón de papeles, encontró un grupo de fotografías antiguas. Sus manos temblaron ligeramente mientras las sacaba. Eran imágenes de una mujer joven, de cabello claro y ojos intensos, sonriendo a la cámara. En el reverso de una de ellas estaba escrito: "Raquel Moretti, 1997".
Ángelo se quedó inmóvil por un momento, sus ojos clavados en el nombre. Había escuchado ese nombre antes, susurrado en fragmentos de recuerdos y documentos. Su madre había mencionado a Raquel en contadas ocasiones, pero siempre con un desprecio que ahora cobraba un nuevo significado.
Siguiendo con su búsqueda, encontró otro documento, amarillento y frágil por el paso del tiempo. Era