69. Dudas inciertas
—¿Gusta de algo, señor Montesinos…? —la pregunta de Guadalupe saca a Gerardo de su ensoñación, así que aparta la mirada de Matías—. ¿Puedo ayudarlo en algo?
—No —Gerardo contesta amablemente—. ¿El niño vive aquí?
—Sí, señor —Guadalupe se ve nerviosa, dudando de sí decir otra cosa más porque la presencia de Gerardo es demasiado intimidante.
Gerardo no sabe si acercar la mano hacia la mejilla del niño. No quiero incomodar al bebé, tampoco molestar a Guadalupe. No está seguro si ella sería capaz de avisarle a Rafael, ya que eso sería problema. Pero es difícil quitar la mirada del hermoso niño. Cabello castaño, piel nívea y grandes ojos verdes expresivos.
Gerardo coloca su mano en la cabeza de Matías y con suavidad lo acaricia.
Dándose la vuelta, Gerardo termina la pequeña interrupción y entra al auto sin decir nada más.
Guadalupe queda desatendida por lo que ve, más de lo que creyó. No había creído que, de ser otra situación u otro momento, hubiese confundido la apariencia de Matías con