La cabeza de Isabella late con dolor, está mareada, la visión se le nubla y por un momento comprende que está alucinando. No puede ser que Renatto esté ahí. No tiene sentido.
Él no arriesgaría todo para ir por ella, sabe lo que Renatto piensa de las mujeres. Aunque la declarara su mujer delante de todos, Renatto Corleone no podría arriesgar todo un legado, la mafia más importante que es la ‘Ndrangheta, solo por ella.
Su mente juega terriblemente con ella, producto del cansancio, de los golpes, de la desesperación. Aquel anhelo desesperado que tuvo en el pasado ahora se proyecta en el hombre, algo que no pasará.
Parpadea varias veces, tratando de enfocarse, pero la figura colgante frente a ella sigue siendo la misma.
No puede ser él.
En ese cuarto está sola.
Respira hondo, tratando de calmar la adrenalina que recorre su cuerpo. Debe