Luego de un rato, Thomas se alejó para ir en busca de Catherine. Esta seguía en compañía de varias de las invitadas, quienes no dejaban de reconocer su buen gusto y el gran trabajo que había hecho preparando tan maravillosa fiesta.
—Disculpen señoras —llamo a su atención una vez se encontró cerca.
Todas las damas voltearon a verlo sin demora, deteniendo la conversación que mantenían.
—Me temo que deberé robarles a mi esposa por un momento —les dijo de forma afable, mientras colocaba una mano de forma familiar en la espalda baja de Catherine.
Aquel hecho no pasó desapercibido para esta, quien se sorprendió ante su acción tan intima.
—Claro —accedieron estas y ambos comenzaron a alejarse.
Mientras andaba, Catherine intento quitar su mano de ella de forma disc