Capítulo145
Doña Rosario seguía reflexionando: si Isabella aceptaba, todo iría bien, pero si se negaba, ¿dónde quedaría pues su dignidad? Después de pensarlo un rato, decidió:

—Será mejor que primero enviemos a la señora Ángeles. Si Isabella se niega, entonces pues lo reconsideraremos acordemente.

Temía perder la cara si iba ella misma. Aunque Isabella finalmente accediera a reconciliarse con Theobald, la vieja Rosario ya no podría mantener su autoridad como suegra. Con una nuera problemática como Desislava, la familia Vogel ya tenía suficiente. No podían permitirse tener otra mujer que no obedeciera.

Mientras tanto, doña Rosario seguía sumida en sus pensamientos, y Isabella ya había llegado al palacio de la emperatriz para reunirse con la Emperatriz Viuda.

Aunque la Emperatriz Viuda aún no llegaba a los cincuenta años, su aspecto aún se mantenía bastante impecable. Aparte de algunas arrugas alrededor de los ojos, no mostraba signos de envejecimiento. Su cabello oscuro apenas comenzaba a mezclarse
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