POR DANTE
Han pasado tres semanas desde nuestra separación, la extraño demasiado, me hace falta todo de mi Giulliana, extraño su risa contagiosa, nuestras tardes juntos a nuestro hijo, extraño nuestro hogar y por sobre todo a ella.
Desde la muerte de Ernesto todo se ha normalizado, ya mi preocupación ha bajado bastante y sobre todo cuando vi su funeral desde lejos, ese maldito ya estaba bajo tierra y no volverá a dañar a la mujer que amo.
Tomo otro sorbo de whisky y Joel entra junto a Julián al departamento con bolsas en las manos.
— Vamos amigo — golpea mi espalda — debes recuperarte, cada día te ves peor
— Estoy bien — Dije mirando el vaso medio vacío, rodándolo entre mis manos
— Eso no es lo que vemos — Dijo Julián — Tienes que recuperarte, todo se arreglará
— No puedo, la necesito tanto.
— Entonces haz las cosas bien — agregó Joel — lleva a Victoria con un psicólogo, ella necesita de un especialista y tú no lo eres, cuando lo vas a entender
— es mi culpa su estado, debo hacer alg