“¡Snif! ¡Sniff! ¡Abuela, la muda me intimidó!”.

Cuando Leo vio a su abuela, al instante se sintió apoyado, por eso la acusó.

Morganna miró hacia arriba y vio a Melody de pie detrás de Harold con una expresión fría y hostil.

Ella se puso furiosa en ese momento. ¡No era la primera vez que esa b*starda acosaba a su nieto!

Corrió furiosa, levantó la mano e intentó pellizcar la oreja de Melody.

Sin embargo, Harold inmediatamente la apartó. “Yo los golpeé. ¿Por qué? ¿Quieres devolverme el golpe?”.

Tenía solo cuatro años. Su estatura era pequeña, pero tenía una forma fuerte e imponente.

Él la miró, y el aura en sus ojos era exactamente la misma que la de Duke. Morganna quedó atónita.

“¡Abuela, le pidió a sus guardaespaldas que nos arrojaran al macizo de flores!” Leo lloró y gritó.

Los otros niños también gritaron: “Sí, fue él. Sus guardaespaldas nos arrojó a todos al macizo de flores”.

“¡Incluso dejó que su guardaespaldas me arrojara un poco de tierra a la boca! ¡Snif! ¡Ma