BEATRIZ
Sabía que la idea de hacer yoga en medio de la noche, con un entrenador personal que Anastasia trajo desde Italia, no era buena idea, y bueno, eso se comprobó cuando Nicola entró de la nada a interrumpir. Sus ojos se oscurecieron, su pecho subía y bajaba, un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal y dejé de respirar cuando me vió en una posición en la que el culo lo mantenía hacia arriba, y él me tocaba la cintura para ayudarme a impulsarme y pararme de manos.
—¿Interrumpo algo?
Su voz ronca resuma por toda la estancia. Es cuestión de segundos para que el entrenador Louis salga disparado y yo recobre la postura de antes, pero es demasiado tarde, Nicola comienza a golpearlo una y otra vez, Lizabetha ríe sin malicia, Anastasia le grita unas cuantas palabras y son Luca y Martín quienes irrumpen para separarlo de Louis.
Quien escupe sangre, sus ojos de horror son tales que saca un pañuelo y comienza a levantarlo como símbolo de paz, algo que debía saber Nicola antes de actua