ELLA
-¿Eres Lena?. - arranque con fuerza las cadenas que la tenían prisionera.
-Es plata, no puedo, no puedo .- dijo ahogándose y tosiendo.
-Despreocupate, aquí la plata no te afecta. Estaremos bien, mírame, ¡Mírame!. - le mostré que las cadenas desaparecen al igual que los grilletes pero seguramente no veía nada con el ojo dañado.
Si su mente no pudiera sanar esta parte de ella, seguramente el daño sería más profundo de lo que pensé.
-¿Quién te hizo esto? .- le acaricie la espalda y pude sentir el ligero hormigueo del poder en su piel.
“Oye Belle, necesito un favor”.